martes, 28 de diciembre de 2010

"Ed Wood", de Tim Burton (1994)


Excelente película de Tim Burton que nos narra la vida y milagros de Edward D. Wood Jr., "el peor director de la historia del cine"


¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida nos hemos creído algo o alguien que no somos realmente? ¿En cuantas ocasiones hemos tratado por todos los medios posibles de lograr un objetivo o una meta marcados por nosotros mismos pero que finalmente esta ha resultado inalcanzable debido a los más diversos motivos?, y sobretodo ¿Cuántos de esos intentos frustrados han terminado siendo rotundos fracasos sumados en forma de un tachón negro en nuestro expediente personal?

He de reconocer que siempre me ha parecido fascinante la capacidad del ser humano para tratar de superarse así mismo de forma casi constante a lo largo de su vida, colocándose obstáculos a lo largo del camino y esforzándose para tratar de rodearlos y salvarlos de la mejor forma posible, haciendo para ello uso de sus propias cualidades personales, del ingenio innato que caracteriza a muchos, o incluso de la ayuda de otras personas con la intención de alcanzar el objetivo deseado, lo cual resulta francamente loable y digno de admirar en todos los sentidos de la palabra (especialmente en lo que se refiere a aquellas personas que, debido a la mala suerte o a las adversidades del destino, se han visto afectados por más problemas que el resto).
Pero lo que es innegable es el hecho de que en algunas ocasiones las metas que nos hemos propuesto previamente no consiguen llegar a buen puerto, no como resultado de la mala suerte o incluso de nuestra mala estrella, ni siquiera por la intervención de otras personas, sino por nuestras propias limitaciones personales, las cuales pueden llegar a jugarnos una muy mala pasada si nos proponemos realizar algo realmente importante con nuestra vida.
Triste, muy triste pero cierto. Es nuestra ilusión por las cosas, nuestra intención por intentar triunfar en el mundo de la mejor forma posible, nuestra tendencia a intentar emular a los mejores en cada campo y nuestro propio ego lo que, unido en algunas ocasiones a esas limitaciones y a esa falta de talento de la que nosotros no tenemos culpa alguna, puede conducirnos al fracaso y a la frustración.
Por suerte, esto no suele suceder a menudo salvo en algunos casos concretos en los que dicha persona se da cuenta de lo que puede y de lo que no puede hacer y rápidamente rectifica. No obstante hay gente que no desiste en su empeño de triunfar y de seguir adelante manteniendo la ilusión y la esperanza, pero ignorando al mismo tiempo que, por desgracia, no está dotada de las cualidades necesarias para ello.
Si hay una película que me venga a la cabeza en este momento y que además ilustre a la perfección y de forma magistral lo que acabo de comentar, esa es “Ed Wood”, un más que excelente film dirigido por Tim Burton en 1994 y que constituye un buen ejemplo de lo que una persona sin ningún tipo de talento, pero con una gran ilusión y confianza en sí misma puede llegar a hacer por lograr su objetivo, y no digamos ya si ese objetivo es querer igualar a Orson Welles en Ciudadano Kane.
La película nos narra en forma de biopic la vida y milagros del que es considerado por muchos críticos de cine, expertos, periodistas y aficionados como el peor director de la historia del Séptimo Arte, Edward D. Wood Jr., quién durante los años 50 y parte de los 60 y 70 dirigió una notable cantidad de películas de serie B caracterizadas por su bajo presupuesto, sus más que errores de guión, filmación, montaje, fotografía y efectos especiales, una temática propia de la época (invasiones extraterrestres, la Era Atómica de la Guerra Fría, etc…), así como también por las actuaciones de baja calidad de muchos de los actores que le acompañaron durante su carrera, de los cuales destacó sobremanera un ya decadente Bela Lugosi (archiconocido por su sublime interpretación de Drácula en la versión de Tod Browning de 1931), el cual se encontraba más preocupado por hacer frente a las deudas, la depresión y la adicción a la morfina que por realizar una buena actuación en sus películas.
De entre los numerosos films que dirigió Ed Wood a lo largo de su “dilatada” carrera podemos destacar algunos como “Glen o Glenda” (1953), “La Novia del Monstruo” (1955) y, por supuesto, “Plan 9 del Espacio Exterior” (1959), una extravagante producción acerca de una supuesta invasión extraterrestre que se ve precedida por la reanimación de los muertos recientes como parte del plan de ataque, considerada por muchos como la peor película de la historia del cine.
La cinta de Tim Burton parte de una trama bien sencilla: distrito de Hollywood, Los Ángeles, 1953. El aspirante a director de cine y escritor aficionado de obras de teatro Ed Wood (Johnny Depp) está desesperado por introducirse en el mundo del cine. Su obsesión por la materia, así como su intención confesa de imitar a Orson Welles en sus labores de dirección, guión y protagonismo en Ciudadano Kane le llevan a trabajar de repartidor en unos grandes estudios, donde Ed queda fascinado por su funcionamiento interno. Muchos son los que le animan a dar el salto al cine a pesar de sus rotundos fracasos de cara a sus obras teatrales, entre los que están su novia Dolores Fuller (Sarah Jessica Parker) y su amigo Bunny Breckinridge (Bill Murray). Un buen día, Ed ve un artículo en la revista Variety en el que se solicitan directores con experiencia para dirigir una película acerca de la vida de Christine Jorgensen (el primer caso de cambio de sexo conocido a nivel popular en los Estados Unidos). Este hecho, unido al encuentro casual que Ed tendrá con uno de los ídolos de su vida, Bela Lugosi (Martin Landau), le llevará al inicio de su carrera “profesional” en la que Lugosi intervendrá en numerosas ocasiones creando una estrecha amistad con Eddie.


Bela Lugosi (Martin Landau) y Johnny Depp (Ed Wood) en una escena de la película

La película de Tim Burton acerca de la vida de este curioso personaje resulta destacable en prácticamente todos los aspectos de la misma. Realizada en una época en la que su director estaba conociendo un gran éxito con sus películas (ya para 1994 había dirigido films de la talla de “Beetlejuice”, “Batman” o “Eduardo Manostijeras”), y en la que su relación con el actor fetiche Johnny Depp comenzaba a tomar forma definitivamente, “Ed Wood” se trata de una película muy especial y particular dentro de la filmografía de su director, pues a pesar de contar con buena parte de la estética bizarra y en algunos momentos grotesca propia del cine de Tim Burton (una estética que por cierto me encanta y que en este caso no podría ser de otra forma tratando acerca de la vida de alguien como Ed Wood), su estilo narrativo en forma de biografía cinematográfica y cronológicamente perfecta, la idiosincrasia que envuelve al conjunto de la película, tanto a los diálogos como a la propia caracterización de los personajes (repito, es un vivo reflejo de Ed Wood y del mundo que le rodeó), y la excelente mezcla que el director realiza entre los géneros de la comedia y del drama ligero confieren a esta película un status muy grande que la sitúa posiblemente como la mejor película de Tim Burton (personalmente me parece la mejor).
Estéticamente la película es una obra muy acertada, con una utilización espléndida de la fotografía en blanco y negro (parece realmente que estamos viendo una película de serie B de los años 50) y una insólita meticulosidad en todos y cada uno de los detalles que pueden apreciarse en las escenas en las que el personaje de Johnny Depp aparece dirigiendo una de sus alocadas películas (el plató de “Plan 9 del Espacio Exterior” es calcado al de la película original), por no hablar del maquillaje del gran Rick Baker que logra hacer de Martin Landau una copia viviente de Bela Lugosi. En este sentido resulta muy interesante la estética general que logra crear Tim Burton, la cual consigue sumergirnos rápidamente en un mundo surrealista que recuerda a otras películas anteriores como a la fabulosa “El Hombre Elefante” de David Lynch, salvando las distancias, evidentemente.



Cartel de "Plan 9 del Espacio Exterior" (1959)


Por otro lado, la estupenda interpretación de Johnny Depp se ve secundada por un reparto verdaderamente de lujo, con la participación de Sarah Jessica Parker, Bill Murray, la actriz y modelo Lisa Marie (pareja de Tim Burton por aquel entonces), Patricia Arquette, Jeffrey Jones, y por supuesto un enorme Martin Landau espléndido en su interpretación de un decadente y casi acabado Bela Lugosi, la cual le otorgaría un merecido Oscar al Mejor Actor Secundario en 1994.
A pesar de que la película fue muy bien recibida en su día por parte de la crítica (ganó varios premios, entre ellos 2 Oscar, 1 Globo de Oro y su nominación en el Festival de Cannes para la Palma de Oro), no tuvo igual respuesta por parte del público, quién no secundo demasiado bien la cinta y esta tuvo que afrontar una recaudación de taquilla bastante limitada. Aún así, se trata de un film que ha aguantado muy bien el paso del tiempo y que yo mismo suelo visionar bastante a menudo, recordando siempre la curiosa historia de Edward D. Wood Jr., “el peor director de la historia del cine” que nunca desistió en su empeño de seguir adelante y triunfar en un mundo cuyas puertas estaban cerradas para él desde el principio.
A continuación os dejo con una divertida escena de la película en la que Ed y su equipo de rodaje se disponen a rodar una escena de la película “La novia del átomo” (posteriormente renombrada “la novia del monstruo), en la que Bela Lugosi debe luchar contra un pulpo gigante en una ciénaga. Basta con decir que el pulpo de goma es robado de un estudio y que encima se olvidan de coger el motor que mueve sus patas, por lo que Bela debe batirse en duelo con el moviendo al mismo tiempo al pulpo con sus propias manos. Divertidísimo. (Todos los artículos protegidos por una licencia Creative Commons)

"¿Cámara?, rodando...¿sonido?...Ed, no tenemos sonido...eehm...ACCIÓN"

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